martes, 30 de diciembre de 2014

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HOMBRES Y MUJERES

Casi siempre que se habla de diabetes y defunción sexual, se piensa que es algo que sólo concierne a los hombres. Sin embargo, la diabetes también afecta en gran medida la vida sexual de las mujeres. Si es tu caso y tienes dudas al respecto, sigue leyendo. En este artículo te contamos cómo la diabetes puede afectar tu vida sexual y qué puedes hacer al
respecto.

Las mujeres, por naturaleza, somos seres complejos en el área sexual. Nosotras necesitamos sentirnos cómodas emocional y físicamente a la hora de tener intimidad. Sumado a esto, cuando se tiene diabetes tipo 1 o tipo 2, existen complicaciones que pueden afectar el placer que se siente a la hora de tener relaciones sexuales y hasta pueden disminuir el deseo sexual. ¿Por qué la diabetes puede meterse entre tus sábanas? En realidad no es la diabetes por si misma, sino más bien, las complicaciones que surgen como consecuencia de una diabetes no controlada 

adentro de tu seno, o cuando sobresalen. Generalmente los quistes aumentan de tamaño y pueden doler un poco unos días antes de la menstruación, durante el síndrome premenstrual (SPM), y este es el momento en que los puedes identificar más fácilmente. Después de que se termina tu período, los quistes vuelven a su tamaño normal y ya no están tan sensibles.
Es normal que te asustes al sentir un bulto extraño en alguno de tus senos. Pero generalmente no son motivo de preocupación ya que típicamente los quistes son benignos, y muchos se deshacen solos con el tiempo. Incluso puedes estar tranquila si llegas a sentir muchos quistes al mismo tiempo; a esto se le llama senos fibroquísticos que es una condición también bastante común y normal.

Los quistes casi nunca necesitan tratamiento a menos que sean muy grandes y te molesten o te duelan demasiado. En esos casos tu ginecólogo puede drenarlos usando una aguja muy delgadita. Si definitivamente un quiste está creciendo más de lo normal o provocándote mucho dolor e incomodidad, puede ser extirpado con una operación, pero esto sucede rara vez. Y para los síntomas, aunque se desconoce el mecanismo preciso, se piensa que el disminuir el consumo de cafeína (incluyendo el chocolate) puede ayudar; también se recomienda limitar el consumo de sal para retener menos líquidos y podrías probar tomar el aceite de onagra (primrose oil en inglés) que se vende sin necesidad de receta y que proporciona ácido linoléico.

Los estudios diagnósticos más útiles son el examen clínico, el ultrasonido y el drenaje con una aguja muy delgada. La citología (cuando se envía el líquido del drenaje al laboratorio). Ocasionalmente la mamografía o mamograma, cuando se está descartando otro problema.

Ahora, el hecho de que puedes estar tranquila si tu médico te dice que tienes quistes no quiere decir que te puedes olvides de ellos por completo. Es importante que te examines tus senos con regularidad para identificar cambios en la forma, en la consistencia y en el tamaño de los quistes que ya tienes identificados o si te aparecen otros quistes o bultos. ¿Cómo lo haces? Mediante un autoexamen de los senos, una técnica mediante la cual palpas tus senos para identificar cualquier cambio en ellos. Algo parecido a la revisión de los senos que te hace tu ginecólogo cuando lo visitas para tu chequeo regular.

Los autoexámenes son muy importantes para identificar a tiempo cualquier cambio extraño en tus senos. Si descubres algo que te preocupa debes informarle a tu ginecólogo de inmediato para que él o ella te examine y determine si es algo normal o si es necesario hacer más estudios. Así los puedes tener todo bajo control.
¿Cómo se sienten?

5. Lo más común es que te hagas el auto examen recostada en cualquier superficie plana como tu cama. Pon una almohada pequeña o una toalla doblada bajo el hombro derecho. También puedes hacerlo en la ducha, con un poco de jabón en tus dedos para que deslicen más fácilmente.

6. Revisa si tu pezón derecho está soltando líquido. Presiónalo suavemente con tus dedos, como si quisieras sacar algo de él.

7. Ahora vas a palpar tus senos para sentir cualquier cambio extraño como una bolita dura, la piel gruesa o dolor al presionar en un lugar. Empieza poniendo tu mano derecha en tu cadera, y con los tres dedos del medio de tu mano izquierda, palpa tu axila y tu clavícula del lado derecho.

8. Levanta el brazo derecho detrás de tu cabeza. Con la parte de abajo de los mismos tres dedos de la mano izquierda, haz varias presiones circulares suaves sobre tu seno derecho (como un masaje), en orden de abajo hacia arriba, empezando por la derecha y terminando en la izquierda

9. Ahora palpa haciendo líneas desde afuera del seno hacia el pezón. Tan pronto termines la primera línea, mueve tus dedos en el sentido de las manecillas del reloj y arranca la segunda. Y así sucesivamente, hasta cubrir todo el seno derecho.

10. Por último, palpa tu seno derecho formando círculos como un reloj… arranca a las 12 en punto, luego a la 1, las 2, las 3, y así sucesivamente. Cuando completes el primer círculo alrededor de tu seno, acerca tus dedos un poco más a tu pezón, y repite el ejercicio, hasta que no quede ni una sola parte sin palpar.

Ahora repite estos ejercicios palpando tu seno izquierdo.

Hazte este examen una vez al mes, pocos días después de haber terminado tu período menstrual. Si identificas alguno de esos cambios extraños, notifícale inmediatamente a tu ginecólogo.  podría ser cáncer de mama (cáncer del seno). Por eso es mejor prevenir a tiempo

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