
Los falageriformes (Phalangeriformes) son un suborden de marsupiales diprotodontos conocidos vulgarmente como pósums,posums o possums. Son marsupiales arborícolas endémicos de Australia, Nueva Guinea y Célebes. Su nombre deriva de su parecido con las zarigüeyas y oposums de América, pues el nombre viene del algonquino wapathemwa. En Nueva Zelanda, son considerados una plaga, pues al no tener enemigos naturales en las islas, acaban con grandes extensiones de bosques.
Los pósums son marsupiales con pelo de color gris o café, de un tamaño que varía entre 7 (pósum pigmeo) y 50 cm. de largo (pósum cola de cepillo y el pósum cola de anillo). Son animales nocturnos y omnívoros. Durante el día, permanecen en sus nidos formados en los troncos huecos de los árboles salen a buscar comida durante la noche. Ocupan el mismo nicho ecológico que lasardillas del hemisferio norte y son similares en apariencia. Las dos especies más comunes de pósum son los de cola de cepillo y los de cola de anillo, que son también los más grandes.
Los possums son unos marsupiales que fueron introducidos en Nueva Zelanda por los ingleses en 1873, desde la vecina Australia, donde han sido desde tiempos de los aborígenes unos animales muy representativos y queridos, e incluso hoy en día es una especie protegida. La gente que los introdujo quisieron hacer negocio con ellos, para lo que los mantuvieron en cautividad con expectativas a vender sus pieles, hasta que lógicamente un día alguno se escapó de su jaula y comenzó la tragedia para el ecosistema neocelandés.
Tienen orejas grandes, hocico ratonero, uñas alargadas y son un animal nocturno. La variedad introducida en Nueva Zelanda es de las de mayor tamaño que existen, del tamaño de un antebrazo según dicen.
Al no ser un animal propio de estas islas, no existen depredadores que puedan terminar con ellos, y pueden campar a sus anchas sin ser controlados. No tardaron nada en extenderse a lo largo y ancho del país, y como han estado desde entonces creciendo y creciendo sin límite, hoy en día se estima que la población total en Nueva Zelanda es de setenta millones, que viene a ser veinte possums por cada persona.
Los possums se alimentan principalmente de vegetación. Les gusta sobre todo devorar las hojas de muchos árboles nativos de Nueva Zelanda, con el agravante de que solamente se comen las hojas nuevas o que están creciendo, lo que hace muy difícil la tarea de crecer para el árbol. Si un possum encuentra buenas hojas, volverá cada noche hasta que se quede sin recursos, provocando seguramente la muerte del árbol, lo que además afecta de forma indirecta a los pájaros que acostumbran a construír sus nidos en estos árboles nativos. Además, si el possum (que gracias a sus uñas puede trepar con mucha facilidad y agilidad) se encuentra algún nido, no dudará en darse un buen festín con los huevos si papá y mamá no están en casa. Como última amenaza, el possum también es portador de tuberculosis entre el ganado.
Por ello, el odio que se le tiene a este animal en Nueva Zelanda es gigante. Pero es comprensible analizando los hechos. Al no exister depredador alguno que pueda ponerse en su camino, a parte del hombre, tienen vía libre para comer, y durante todo un año, se llevan a sus estómagos entre todos ellos alrededor de siete millones y medio de toneladas de vegetación nativa. Esta basta deforestación afecta por extensión a todas las especies que hagan de los árboles o arbustos su forma de vida, incluyendo al amado, único y protegidísimo kiwi, a los que incluso echan de sus agujeros en noches frías; al possum no le gusta el frío.
Es corriente y totalmente normal encontrar artículos relacionados con los possum en cualquier tienda de souvenirs. Puedes comprar desde pieles para colgar en la pared por veinte dólares, a plantillas para los zapatos hechas con su piel, que te las venden con eslóganes como “Aplasta possums todo el día”, pasando por calienta pezones de pelo de possum; camisetas riéndose de un possum aplastado por un coche, o promoviendo su caza y exterminación total.
Hay un dicho que dice que si alguien quiere convertise en un verdadero kiwi (no la fruta si no la persona), hay que haberse roto algún hueso en Nueva Zelanda y haber matado algún possum. Es común que la gente joven salga a la caza del possum con escopetas durante la noche, ya que no son difíciles de encontrar. Y si mientras conducen se encuentran con alguno en la carretera, la reacción es acelerar para pasarle por encima; en prácticamente todas las carreteras puedes encontrarte decenas de possums muertos cada día.
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